domingo, 28 de enero de 2018

VUELTA A SAN JUAN. SOMOS CAPACES!

Por la invitación de la Secretaría de Estado de Deportes de San Juan me llega la invitación a participar de la primera “Vuelta Inclusiva”. Evento de ciclismo adaptado dentro de la más grande competencia ciclística de la Argentina a nivel mundial. Gracias a Kremen que sugirió mi nombre para participar…. Desde el principio hicieron todo lo posible para que yo vaya. Tenía que ser con una guía mujer, yo no tengo tándem, y venía medio complicado para mí poder ir. Pero se logró. Apareció Valeria desde San Martín de los Andes, consiguieron la tándem y me dieron todas las posibilidades para ir. Todo incluído, hotel, pasajes, estadía y una atención increíble. Y allá fuimos. Con la “Elite” del ciclismo. Lo más hermoso fue encontrar gente tan increíble. Cada uno con su historia personal, de resiliencia, de superación…. Con esa fortaleza contagiosa y el fin de que se sepa, que se puede salir adelante de todo, para que quienes aún no lo saben, y creen que ante la discapacidad se termina la vida, sientan que si otro pudo ellos también podrán. Y allí, personas con discapacidad motríz, que pedalean con las manos, personas ciegas y disminuídas visuales con sus guías, atletas paralímpicos, amateurs…. Bicicletas de alta gama y de las otras…. Lo importante era participar y compartir la fiesta. Y así fue. Todo al servicio de nosotros…. Para que sea como fue, Inolvidable. Charla técnica, entrega de kits y ropa deportiva y listos. Una organización impecable. Llegamos todos al parque cerrado y probamos con Vale la tándem que nos consiguieron, de mountain bike, pasaban las hand bikes, tándems increíbles, todos probando sus “máquinas” y nosotras también, por primera vez pedaleando juntas, coordinando, poniéndonos de acuerdo en indicaciones pero sobre todo disfrutando. Y llegó la vuelta de comienzo del evento, donde los 106 ciclistas con discapacidad todos juntos hicimos el recorrido de 1 km. Dentro de un parque bellísimo lleno de árboles y gente alentando. Conteo y largada, música de AC DEC a full, papelitos lanzados por el aire y una emoción incontrolable que me llenó los ojos de lágrimas. Todos juntos, superando todo, allí, cada uno con su esfuerzo, su historia, su pasado y su futuro…. Juntas todas las discapacidades y las capacidades. Circuito trabado para bici por la gran cantidad de curvas y contracurvas. Y llegaron las carreras (que no eran competitivas sino participativas), primero triciclos y Hand bikes, luego individuales y tándem. Nuestra carrera era de 20 vueltas al circuito con la particularidad de que cuando el primero llegara se terminaba la competencia. Con lo que nosotras llegamos a 18 vueltas y eso fue excelente. Yo puse todo mi corazón y pedaleé con fuerza, Vale diriguió el tándem con cuidado y experiencia y en cada vuelta fuimos mejorando. El aliento de las personas, los locutores, los demás ciclistas… la alegría de todos y las ganas hicieron que valga más la camaradería que la competencia. Y terminamos felices!. Luego todos al podio, las grandes medallas, los aplausos, y hasta fuegos artificiales para un festejo donde no faltó el Gobernador de San Juan, los ciclistas de la competencia convencional, los Directores de Deporte y Autoridades varias y hasta la Reina de la Fiesta del Sol. Por la noche cena de agasajo con show y reconocimientos…. Todo impecable. Me traje de vuelta montones de cosas, especialmente en el corazón. Compartir esos días con un amigo tan querido como Martín Kremenchuzky, con Valeria quien nos guió en todo y con su dulzura y amabilidad hizo todo tan fácil, conocer personas tan lindas como Ernesto, Hugo, Joaquín, Sergio y tantos otros. Escuchar sus historias, contagiarme de sus fuerzas y sus ganas, aprender sobre la belleza y el valor de la vida…. Estoy acostumbrada a compartir con corredores con discapacidad visual, todos ejemplos para mí. Y ahora aprendí sobre las demás discapacidades, las motrices especialmente. Yo casi no veo, y por eso a veces me pierdo de conocer gente porque ni siquiera sé si los tengo al lado… Allí los ciegos y disminuídos visuales con sus guías y los chicos en silla éramos todos una masa de gente con una energía que traspasaba todo. Alguien dijo: “Estar parado ante la vida sentado en una silla de ruedas o con bastones”…. Y era eso, todos parados felices ante la vida, viendo sentados, sin ver y de pie, y sin miedo a enfrentarla. Pedaleando con las manos, con los pies guiados, todos con fuerza y corazón. Eso fue para mí la “Vuelta a San Juan”, la primera vez que en una carrera de tal nivel internacional se incluye el ciclismo adaptado y seguro será imitado por las demás carreras. San Juan un ejemplo a seguir en el mundo. Cada uno de los ciclistas un ejemplo en la vida. Y yo, allí, entre todos ellos. Me quedan las ganas de conseguir una tándem (la que tenía ya no existe) y entrenar para el año que biene, que será sí, competitiva. Y sumarle a mi pasión por el running, éste nuevo amor por el ciclismo. Definitivamente el deporte nos salva, nos muestra nuestras capacidades, y la discapacidad fue el vehículo que nos llevó a saber esto. SOMOS CAPACES.

domingo, 7 de enero de 2018

MUCHA AGUA BAJO EL PUENTE.

Pasó mucho tiempo en que no escribí nada en el blog…. Y pasaron muchísimas cosas, mucha agua bajo el puente. Releyendo publicaciones antiguas recuerdo con nostalgia esos sentimientos…. Tuve grandes decepciones, golpes emocionales por haber creído y querido a gente que hizo cosas muy malas luego. Mi familia y mi interior es lo que jamás cambia. Y los verdaderos amigos, claro, esos que no fallan. Tengo 46 años y pienso que mi vida es larga, muy larga…. Hoy, 2018, ya casi no veo, intento seguir corriendo a pesar de las dificultades por tener que depender de otras personas, de otras voluntades. Me cuestan muchísimo muchas cosas por no ver. Y siento que éste año vendrán cambios otra vez. Intentamos ser independientes pero hoy siento que es una cortina de humo. Siempre terminamos teniendo que depender de alguien, y esa es nuestra limitación, las ganas de otro o sus posibilidades de ayudarnos a ser quienes somos. Y quienes fuimos absolutamente independientes en la vida cuando veíamos sentimos como una enorme piedra atravesada a esa limitación. Y causa impotencia que trabajamos interiormente para superarla y hacer lo mejor posible. Hay veces que nos sentimos agradecidos y otras tristes, tenemos “esos días”…. Y es una lucha durísima contra las ganas de no hacer más nada. Cuando nos subimos al bote y remamos, por más cansados que estemos ya no podemos dejar de remar. Yo diría que hoy remo un poco más lento, hasta recuperar fuerzas y confianza. Pero revisando mi propia historia escrita por acá, por insistencia de un gran amigo, que creyó que con mis narraciones podía ayudar a otros, pienso que aunque borraría publicaciones donde elogio gente que luego me apuñaló por la espalda, no las voy a borrar. Aquello fue en aquellos años, y también sirve para aprender. Y seguramente seguiré aprendiendo…. El agua seguirá corriendo y yo seguiré sobre el puente escuchándola correr.

SOY MARATONISTA.

La distancia madre, la MARATÓN, los 42.195 mts. Es una decisión que se piensa y que se toma un día y por lo que se trabaja muchísimo, entrenando, superando obstáculos, lesiones, alimentándose a conciencia por meses, cuidándose hasta del más mínimo tropezón…. Porque recibirse de MARATONISTA es el sueño de cualquier corredor. Cosa que me parecía imposible en algún momento, pero que se logró gracias al apoyo de nuestro entrenadorQuique, del gym Impulso, de los profes, de la familia y de Eliseo, éste loco guía, capáz de poner el cuerpo y elalma a pesar de todo y hacer éste sueño realidad juntos. Hay quienes dicen que correr en calle es muy aburrido, que los 42 de Bs. As. Son pesados, etc…. Pero yo les aseguro que no es así. Es una carrera hermosísima, entretenida, donde se vive algo único, donde el aliento viene en distintos idiomas, de los corredores o de los alentadores, esa gente desconocida que alienta desde afuera como si fuésemos todos de sus familias, fundamentales para seguir…. Donde cada algunos km. hay shows musicales en esenarios con bailarines y bandas, tango, folklore, música brasileña, en inglés, cumbia, murgas, y hasta el mismísimo Arjona cantando en uno de esos esenarios… Más de 10.000 maratonistas cada uno con su sueño, su desafío, su motivo de estar ahí. Los keniatas, etíopes, japoneses, brasileños, de toda Latinoamérica, europeos, y de cada punto de nuestra Argentina. Elites y amateurs. Todos con el corazón a mil. Y los amigos, corredores que no ven y sus guías, todos tan queridos…. Y a las 7 de la mañana del domingo 15 de octubre, Día de la Madre, Día del Bastón Blanco, largamos a correr por la hermosa Capital Federal. Los puntos emblemáticos, Obelisco, Cabildo, Cancha de Boca, Teatro Colón, Costanera, Puerto Madero, Cancha de River, etc. Una mañana soleada y muy brillante, y en el corazón miles de cosas, mis hijas, mis padres, Nes, mi tío, , a quienes sentía alentándome desde donde estén. Y puedo decir que corrí feliz, entera, firme y fuerte los primeros 30 km. De a ratos prestaba atención al silencio de los corredores concentrados y se escuchaba el contínuo trote, los pasos de los miles a ritmo, y de a ratos la música de las bandas que invitaba hasta a mover las caderas y levantar el brazo donde no estaba agarrada de la soguita con Eliseo (hasta una murga coreó mi nombre porque lo leyeron en mi remera, y con tambores y todo los escuché mientras me alejaba). Qué linda sensación esa de correr tan feliz, sin dolores, sin molestias…. Y al km. 33 algo hizo “clic” y de repente las piernas tiraron alarma de cansancio. Km. 35 y las molestias por todas partes encendían más alarmas. Y de ahí en más, km. A km. Cada uno de los 7 que faltaban eran eternos. Intentando no decaer tanto, bajando el ritmo pero sin parar seguimos y seguimos. Corredores exhaustos, en los costados, intentando seguir casi sin poder…. Y nosotros avanzábamos a pesar del dolor, de los pensamientos, de todo. Km. 40 y a subir a un puente que podía llevarse las últimas energías, bajada y último km. Ese último km. Que se convirtió en casi 2 km. Más, donde el arco no aparecía nunca…. Y tal como dicen, 40 km. Con las piernas, 2 km. Con el corazón, y 195 mts. Con lágrimas en los ojos. Escuché la voz de mis amigos en la meta, Y el arco a las 3 hs. 39 min. De haber largado. El abrazo más fuerte y emocionado que jamás había dado, nos dimos con Eliseo, porque entrenamos meses, sobrellevamos dudas, penas, incluso en la carrera, sobrellevamos todo y lo logramos. Nos convertimos en MARATONISTAS. Y luego el abrazo de los amigos que fueron llegando, y todo hizo que el dolor de piernas más grande que tuve jamás pase con alegría. Cansancio, hambre, mareo…. Todo pasó con felicidad. Y ahora, cuando las piernas ya no duelen, siento esa sensibilidad que me pone a punto de la lágrima cuando revivo lo que pasó. 2017 es un año de sueños hechos realidad, de increíbles sueños cumplidos. Y la Maratón Internacional de Bs. As. Fue la experiencia más increíblemente hermosa y fuerte que viví como deportista, y con lágrimas y sonrrisas puedo afirmar: SOY MARATONISTA.

A MI BASTÓN VERDE, CON AMOR.

Querido Sable láser verde, de quien renegué tanto tiempo, a quien escondí en un cajón, luego pasaste a la mochila y un día finalmente viste la luz, cuando ya no podía evitar caminar sin caer de los cordones, sin tropezar con todo…. Me esperaste años escondido, oculto porque me daba vergüenza que me vean con vos, por negación, por miedo…. No sé… por débil. Pero dobladito e impecable esperaste. Y ese día en que decidí que me acompañes confieso que quería esconderte…. Te llevé queriendo que la tierra me trague, hasta que me dí cuenta que en la esquina no caí del cordón de la vereda, y hasta un auto paró para que pase con vos…. Y entonces sonreí por dentro, y te agarré más fuerte. Con el correr de los días nos hicimos más amigos, y junto a vos la gente era más amable conmigo, me ofrecían ayuda, me daban las cosas en la mano, aunque también están aquellos que al verme con vos piensan que los puedo contagiar y me esquivan o no me hablan… pero bueno, ya van a entender, teneles paciencia… Ya van más de 6 años que somos amigos inseparables, que sos parte de mi vida, mis ojos…. Que haces que tenga independencia y hasta mi familia se siente más segura que yo te tenga. Antes de ser amiga tuya conocía historias de personas que se negaban como yo y luego junto a sus bastones se sentían más libres, y eso me inspiró, debo confesarlo, me convencieron ellos también. Hoy, amiguito verde y flaco, estás descascarado, torcido de haberme salvado de chocar con caños, piedras grandes y todo tipo de obstáculos. Golpeaste autos mal estacionados, tocaste perros dormidos, pozos, charcos, nieve, cenizas, flores…. Y jamás jamás me fallaste. Llegó un nuevo compañero, pintado de verde, impecable, con gran valor sentimental ya que fue de mi tío, pero a vos, “Sable láser verde”, que fuiste mi lado de la Fuerza, no te abandonaré. Y hoy, querido amigo, en tu día, te quiero agradecer, por más que seas de caño, con elástico, vos tenés alma para mí. Y yo te quiero pedir perdón por haberte negado, y expresarte mi eterno cariño y gratitud. Verde, aunque ya casi tendría que pintarte de blanco, te quiero, VERDE.

sábado, 6 de enero de 2018

BALLENAS VERDADERAS

Correr en la playa, cerca de las ballenas, como lo hacía hace años, era un sueño de esos que quería cumplir. Los años que viví en Madryn, ccorrer era mi salvación a los problemas, y literalmente me salvó la vida. No necesitaba guía en aquella época si bien ya la Retinosis se presentaba cada vez más fuerte. Y corrí hasta el último día que estuve allí, por la playa, pisando la arena húmeda, escuchando el mar y viendo su color azul celeste y su horizonte tan infinito donde se van las ballenas en verano. En los meses que ellas estaban, corría prestando atención para verlas y escucharlas…. No hay mayor placer para el alma. Me fui, tuve que irme…. Y elegí la montaña…. Pero mi alma es marina. Pasaron tántas cosas, y después de 15 años volví a correr allí. Ahora con guía, claro, la Retinosis ya no me deja correr sola, ni ver las ballenas. El año pasado iba a ir a correr pero una lesión no me dejó, y por fin, éste año se hizo realidad. “Aventura Franca Austral” era el motivo, la excusa, la vuelta. Madryn nos recibió con un amanecer hermoso, brillante, naranja iluminando todo desde el horizonte del Atlántico. Bello, bellísimo Madryn que me regala momentos maravillosos y de los otros…. Y llegó el día, la carrera al lado de las ballenas… Sol fantástico, cielo limpio y viento… muchísimo viento. Iban a ser 21 k y en más de 1 mes sólo habíamos corrido 3 veces, aunque gracias a Impulso gimnasio no me quedé sin entrenar nada…. Y por suerte, hubiera sido imposible terrminar esa carrera de otra manera. Largada desde Playa Canteras, en el canto rodado donde los pies se hunden…. Cuenta regresiva en silencio respetando la zona restringida y salimos. Quedé sin aire a los 500 mts. Luchando entre intentar corrrer por las piedritas y contra el viento. Senderos entre la típica estepa patagónica, playas maravillosas de El Doradillo, sonido de gaviotas, arena húmeda, seca, colchones de algas donde me hundía hasta las rodillas, piedras enormes resbaladizas por donde subir, más playas silenciosas de arena con ese mar calmo de suave oleaje, camino de ripio y ese viento típico… tanto viento, tantísimo viento. Le pedí a Eliseo que no me presione, que no iba a ganarle a nadie, sólo a disfrutar, y teniendo en cuenta el escaso entrenamiento iba a ser glorioso si terminaba esa carrera sin caminar. Y así fue, no paramos nunca, ni aunque el viento nos empujaba con todas sus fuerzas, no paramos. Bueno,( en realidad paramos cuando se me salió una zapatilla cuando salté una canaleta y al caer el desnivel me la sacó de un tirón, y tras ponermela y ajustarmela bien seguimos)… Km. 17 y ya estaba agotada…. Faltaba más playa de arena y los últimos 500 mts. De canto rodado. Y cuando por fin llegamos a estar cerca, el esfuerzo era tan grande que ya no había casi fuerzas, ni aire, sólo corazzón. Y llegamos…. Y saben qué?, las ballenas estaban allí, a poquitos metros de nosotros, bien cerquita de la costa, como intentando que yo pueda verlas una vez más… y saben otra cosa?, en ese mar azul, creo que distinguí su enorme figura oscura…. Y eso sí, las escuché muy bien. Ellas, tan frágiles y grandes, tan sensibles y puras, tan libres y verdaderas… transmiten ese sentimiento que traspasa todo y llena elcorazón, y emociona... En medio de ese paisaje infinito de playas y acantilados, de bahías limpias…. El resultado no estuvo tan mal, 5ta en la general de mujeres con 1 hora 58 min. Pero eso es lo que menos importa. Y me traje todo el aire de mar que pude en los pulmones, y todo el azul que pude pescar en las 2 o 3 células vivas de mi retina, y en los oídos el viento soplando y las gaviotas…. Y como siempre, como antes, por siempre, las ballenas en mi corazón.

BLANCO ABSOLUTO.

Con éstto de la nieve, tan bonita para los niños y para sacar fotos, también llegaron complicaciones, obvio, y sin pensarlo viví una experiencia nueva, algo difícil pero que me enseñó muchas cosas. No sólo no se va la nieve sino que se endurece con el frío y la helada. Y tuve que salir sola y caminar unas cuantas cuadras…. Claro, no tuve en cuenta lo distinto que iba a ser todo. Todas las adaptaciones que usualmente pongo en práctica no sirvieron. Para arrancar, lo poco que puedo usar del minimísimo resto visual desapareció en la blancura que reflejaba el sol y me cegaba totalmente. Así que ciega nomás. El tacto que uso con los pies, desapareció en la nieve, todo igualito, derecha, izquierda, nieve. Nada de seguir asfalto y tierra. Los cordones, camuflados en montículos de hielo. Así que a buscar estrategias nuevas en el momento. Seguir lo que sentía más pisado, vajo, por donde seguro caminaron otros. Me acordaba de un amigo de Ushuaia que contaba cómo se hunde el bastón y se clava y cuando uno lo quiere sacar de la nieve se estira el elástico y plaf, se desarma …. Pero algo muy bueno pasó. Hubo varios momentos donde me quedé parada pensando, y cada vez, alguien me ofreció ayuda. Una señora que se cruzó para ablarme, unos muchachos que se acercaron y me evitaron meterme en una lagunita, un señor que me gritó desde un auto que podía cruzar y con todo eso, mi oído que me ubicó cuando estaba errando el camino, con la mente funcionando a mil y la concentración más absoluta fui y volví a donde tenía que ir. Al gimnasio… donde por la nieve que cubrían todas las entradas parquizadas y las hacía igualitas al tacto de los pies, le erré y casi me meto a otro lado jajaja pero me vieron pasar y salieron a buscarme. La cosa es que luego volví a la choco y cuando llegué, habiendo cumplido mi deber, sana y salva (aunque tardé muchísimo en llegar), me sentí entre alegre, aliviada, contenta por haberlo logrado, por lagente buena, por haber aprendido cosas nuevas y por a pesar de la tensión, darme cuenta que si bien es muy MUY (extremadamente) difícil, sí se puede. Pero qué linda la nieve, para las fotitos….

LOS 21 DE TRAFUL

Allá fuimos, a correr mis primeros 21 k en montaña….Camino a Traful nos agarró una nevada bien intensa, de esas que dejan los pinos adornados como en las películas de navidad y el paisaje todo blanco. Un frío tremendo! Con un cielo amenazante y el frío que te adormecía la cara, luego de inscribirme, presentarnos y un reconocimiento mediante un mapa del recorrido por parte de Eliseo, comenzamos a entrar en calor hasta con camperas puestas. Todos juntos, corredores de 5, 12 y 21 k. largamos haciendo primero una vuelta simbólica y divertida y luego la largada verdadera. Salieron muy rápido y nosotros quedamos en medio…. Menos de 1km. De asfalto en subida y el desvío al bosque, subida y más subida, y a correr cuesta arriba rumbo al mirador de la cascada. Yo no podía distinguir nada, el bosque estaba oscuro en un día nublado pero olía el humo de las chimeneas de las pocas casitas que había por allí, escuchaba los colibríes y se sentía ese fresco h´´umedo con aroma a pino de los bosques llovidos. Más subidas hasta un tramo de sendero más angosto, puentes de madera y con Eliseo por delante, soguita tensa, porque no podíamos ir a la par, seguimos despacio hasta los escalones, irregulares, 75 escalones que nos llevaban al mirador. Escuché la cascada y me puse contenta porque pensé que allí comenzaríamos a bajar. En los escalones Eliseo me indicaba y yo le copiaba los movimientos para no tener que ir tan despacio, los demás corredores nos dieron paso. Y por fin la altura máxima y comenzamos a bajar…. Aunque vendrían más subidas. Bajando por los caminos boscosos sentí los copitos de una nevizca que comenzó a caer, se pegaban en la cara y se quedaban allí hasta caerse, y disfruté ese camino con los 4 sentidos. Eliseo me cantaba los obstáculos y me decía cuando estaba limpio para darle velocidad y así recorrimos el tramo de varios km. De bosque hasta llegar al asfalto otra vez y encarar hacia la largada por donde debíamos pasar y seguir bordeando el lago a enfrentar el recorrido que faltaba. . Iban 9 k. cuando pasamos por el arco y nos saludaron y aplaudieron, Néstor sacaba fotos y las nenas alentaban, y pasamos a full y seguimos por el asfalto hasta su fin, en dirección a otro mirador. Venían más subidas. El viento del lago helado nos golpeaba la cara y la llovizna se nos metía en la ropa. Nos faltaban 12 km. Bordeando el lago, camino de ripio, y subidas muy fuertes. Yo quería acelerar pero no me daba el aleteo…. Jaja… algunas pocas bajadas. Y llegamos al retome, agarramos naranja, tomamos agua y vuelta…. Quedaban algunas subidas, esas que habían sido bajadas aliviadoras en la ida, pero sólo faltaban 6 de los 21. Y allá, a unos 400 mts, iban las corredoras primera y segunda, en plena lucha por pasarse mutuamente. Y Eliseo me dijo, “están a 400 mts., si querés, puede ser tuya la carrera….” Y a mi me parecía difícil, alcanzarlas iba a ser complicado. Y aprovechamos las bajadas, y ellas también, y en las subidas, pusimos en práctica lo que habíamos entrenado en el Piltri, y alcanzamos a la segunda. Y allá estaba la primera, el cansancio se sentía, y corríamos fuerte pero no la podíamos alcanzar, ella no quería que la pasemos y así fuimos, un paso atrás sin poder ponernos al lado, subida fuerte, la última subida fuerte, las piernas doliendo y la respiración a full, ella aflojó, y yo seguía subiendo, lo habíamos entrenado, podía hacer ese esfuerzo, y Eliseo se lo merecía, y la pasamos, llegó la bajada y corrimos como locos cuesta abajo, asfalto y el último km. Eliseo me dijo:”quemá todo!” y dentro del cansancio corrí lo más fuerte que pude, y llegamos!!!!!! PRIMERA MUJER!!!! Y el abrazo más emotivo y emocionante de todas las carreras que corrí, con ese guía que puso el alma entera, con ese esfuerzo, ese entrenamiento constante, esa superación y ese logro. No habíamos ido a Traful a ganar, sólo a correr 21 k. como previa a un gran objetivo que es la Media Maratón de Rosario. Yo quería hacer los 12 k en Traful y Eliseo me convenció de hacer los 21 y me dijo que ÉL ME TIENE FE, y eso, ESO ES FUNDAMENTAL. Él, Nestor y las nenas me tenían tanta fe…. Yo dudaba de mi misma, entonces pensé en correr con el fin de terminarla, de participar…. Y JAMÁS imaginé ganar esa carrera. Pero así fue. Teníamos almuerzo, nos cambiamos y más tarde llegó la entrega de premios. El podio al frente en un lindo salón y sillas para todos los concurrentes. Hubo un sorteo, donde no ganamos nada, pero un corredor de Traful, Marcos, decidió donarnos el premio que se ganó, alfajores y un cuellito, y nos hicieron pasar, y hubo un aplauso ensordecedor de parte de todos al pasar Eliseo y yo con mi bastón. Mi corazón latía más fuerte que en las subidas. Y luego la premiación. Y subí al podio como ganadora en damas de mi categoría entre 40 y 49 años en 21 k. y otra vez subí por ser primera en las generales de damas. 1h. 48min. Para correr por los senderos boscosos entre otoñales e invernales donde se mezclaban las hojas amarillas en el suelo y los copitos de la nevizca, bordeando el lago que sacudíasus aguas con el viento, subiéndolos escalones, corriendo cuesta arriba con esfuerzo y acelerando en las bajadas…..y el corazón pleno pleno y pleno. Y en ese día que nos recibió con nieve, con grandes copos cayendo, el calor humano pudo mucho más. El calor de mi familia, de un guía fantástico, de los demás corredores, de los organizadores. De sentir, desde lo más profundo, totalmente convencida, que NO HAY LÍMITES.

POR QUÉ CORRO.

La primera vez que salí a correr tenía unos 13 años, fue con un grupo de personas y un profe de un gimnasio al que iba, y me pareció genial! A lo largo de los años seguí corriendo, sola, con algúnamigo o amiga, con mi hermana, , con música, como sea…. Me sacaba del mundo común, me hacía volar…. Hacía siempre el mismo recorrido cuando vivía en Rosario, y como ya tenía ciertos problemitas visuales no cambiaba de recorrido jamás (alguna vez me tragué un alambrado por cambiar de camino…. ). Y cuando me fui a vivir a Madryn, seguí corriendo, allí con mucho más incentivo, correr por la arena mojada en marea baja, compartiendo con las ballenas…. Qué maravilla! Mientras más problemas tenía, más corría, problemas de índole sentimental, laboral o visual. Correr siempre me salvó la vida y la mente. Con vientos muy fuertes, lluvia, feriados, frío extremo o sol, No había excusa para no correr. Lo último que hice en Madryn antes de mudarme a Bolsón fue salir a correr, una mañana tranquila de verano, por última vez, en la playa, absorviendo el olor a sal, apreciando el mar, sus sonidos y tratando de grabarme cada instante, y eso que no sabía que esa sería la última vez al menos por unos 12 años Ya en Bolsón la vista se fue demasiado rápido como para darme tiempo a nada, y obviamente no corrí más. El tiempo pasó, Néstor fue mi sostén para no rendirme, luego mis hijas, pero me faltaba algo interno, personal, muy dentro mío, algo que me hiciera estar feliz de ser yo y que le de a mis hijas motivo de estar orgullosas de que su mamá puede ser fuerte, algo “palpable”, porque claro, ellos están orgullosos de mi de todas formas, por no rendirme y por hacer lo mejor que puedo en la vida cotidiana…. Pero necesitaba algo más. …. Y eso llegó cuando volví a correr, porque, los que corren saben, es cuando somos nosotros mismos…. Se lleva en la sangre, en la piel, en los músculos y en el corazón. Lo que más me costó y me cuesta es pedir ayuda, depender de otro, y es que siempre me costaron esas cosas, y justo al perder la vista es lo que más tengo que hacer…. Pedir ayuda. Y para correr ya no puedo hacerlo sola, necesito un guía, alguien que esté dispuesto a acompañarme, No me gusta “molestar”, ni ser una carga para nadie, así que me costó mucho entender que el guía corre con la persona que no ve porque quiere hacerlo, porque se siente bien haciéndolo, y si no, no lo hace y listo… Tuve que vencer el pensamiento que ya no tenía la edad de aquellos tiempos, mis miedos tremendos, mis temores a pedir ayuda, mi vértigo propio de los que no vemos casi nada a intentar ver lo que no podemos, a confiar “ciegamente”…. Corro con guía (unidos por una soguita)desde hace algunos años, fui progresando de a poco, animándome cada vez más, recibiendo ayuda o haciendo lo que podía muchas veces sola, en la pista, en cuestas, para no dejar de entrenar si nadie podía acompañarme.E intentando mejorar los tiempos, hacer más distancias, animarme a la montaña que tanto temor me daba…. Y hubo momentos gloriosos y golpes de todo tipo, físicos (que no importan) y decepciones que sí golpearon fuerte…. Y en algún momento dudé en seguir corriendo…. Yo soy la misma, esa corajuda, testaruda, porque no me rindo, porque soy tan cabezota que no hay piedra ni obstáculo que me haga desistir, aunque me ponga en duda sólo es un instante…. Y en éstos momentos, de cambios rotundos, llegan personas que me demuestran que no podría rendirme porque siempre hay alguien con quien contar. Por la carita de mis hijas y el abrazo orgulloso cuando termino una carrera, por la emoción profunda de mi esposo, por el cariño sincero de buenos amigos y la familia que apoya, y por mi, por mi misma, por sentir que vuelo, que veo, que no hay límites, por ese cansancio tremendamente placentero, por esa paz de haber terminado un entrenamiento, por esa soguita que siempre encuentra alguien de buen corazón del otro lado y el alma a mil de emoción tras cruzar el arco de llegada, sin importar en qué puesto…. Por lograrlo, por crecer, por vivir…. Por eso corro. Y por eso seguiré corriendo.

VOLARE

Volare…. Alguna vez expresé que hay momentos de la vida que uno se guarda adentro para recurrir cuando el alma está débil, esos momentos que especialmente nos dan paz, y en mi caso, coincide que esos momentos son en azul…. Momentos de contemplar el mar y ver saltar una ballena frente a mi…. O estando en un kayak en Brasil, en ese mar calmo rodeado de verde y quedarme quieta sólo contemplando, o momentos en algún lago con mi familia, o cuando pude bucear en Madryn…. Y ahora se sumó otro que ni pensaba que sucedería, un vuelo en parapente. Tuve un instructor soñado, Silvio, de Ushuaia, que me describió cada detalle, cada tono de verde, los de cultivos, los de árboles, etc.,que me hacía notar la diferencia del aire más frío al subir o más cálido al bajar, que me indicaba dónde estaba el lago, el pueblo, donde estaba el ´límite entre la zona boscosa y la zona de piedras en la montaña, absolutamente todo. Hizo que yo “vea” cada detalle. Por la invitación de la escuela de parapente para que personas con discapacidad accedan a volar, tuve ésta gran chance y cuando Sol me dijo: Mamá, no podésperderte ésta oportunidad… , listo, fui. No me lo podía perder, jamás me achiqué ante los desafíos…. Ja. Preparativos, acondicionamiento del equipo, instrucciones, elementos necesarios, filmadora, instructor y parapente…..y un día increíble, de cielo azul….. sólo un paso hacia adelante, un envión y a volar! No tuve que correr, sólo salimos volando…..quedé haciendo pasitos en el aire…. El que no corre vuela…. Como dijo mi amigo Martin Kremenchuzky…. y giramos y de repente tenía el Piltrikitrón en su esplendor del atardecer frente a mi cara…..y subíamos, de espaldas al sol, y no podía creer estar a la altura de la cima de esa montaña tan magnífica que vemos cada día desde acá abajo, desde el pueblo, el viejo y querido Piltri, cara a cara, face to face, el Piltri y yo, como presentándonos por fin….. y así seguimos, desplazándonos despacito por el aire. Es difícil de explicar, trataba de no entrar en el asombro que no deja asimilar lo que se vive, y allí estaba, sentada en el aire, respirando, sintiendo, agarrada de las cuerdas como si de eso dependiera el vuelo…. Jajaja. Hasta que Silvio me dijo que le pase la cámara que yo llevaba y el muy loco me dio los comandos…..era toda una pilota!!!!!! Jajajaja. Con muchísimo cuidado, haciendo absoluto caso de lo que me decía él, bajaba el derecho para girar a un lado o bajaba el izquierdo para girar al otro lado…. Y así hacíamos círculos abarcando los 360 grados, frente al Piltri, al este, hacia el sur lago Puelo, al norte las chacras y las montañas camino a Bariloche, al oeste la cordillera de Los Andes y un tremendo sol poniéndose en ellas…..hacia un lado y hacia el otro, muy despacio, contemplando en el máximo posible cada instante de esplendor….el aire fresco en la cara, los pájaros de vecinos, sumergidos en el azul más puro de todos los azules, el del cielo. Por Dios! Qué belleza!.... y pensé, qué lástima que no puedo ver todo, pero qué suerte la mía que puedo ver algo, y que Silvio me hacía ver lo que no…. La sensación?.... como soñando, como flotando en la inmensidad, que así era… Debería volver a hacerlo para estar más fría en la emoción…. Pero es de esos momentos que son irrepetibles, con el contexto perfecto, con el día perfecto, con la perfecta compañía y aunque uno de los sentidos,, seguramente el principal, es deficiente, lo pude disfrutar plenamente y lo guardo en mi alma. Cuando girábamos, y quedábamos de pleno frente al sol que brillaba enorme y redondo justo sobre las cumbres de la cordillera, ya listo para despedirse,un instante antes de esconderse atrás de las montañas, pensé en algo gracioso pero no quise hacerle un mal chiste a Silvio, pensé en Ícaro…. Aquel que quería volar y se hizo unas alas de cera que el sol derritió…. Pero no dije nada, no quería hacer chistes tontos justo allí…. Y luego, en una cena que compartimos su familia y la mia, , Silvio me lo dijo y nosreimos porque yo pensé lo mismo justo volando con ese sol….. Pude distinguir las enormes rocas salientes que hacían sombras en la parte superior del Piltri, los brillos que estaban lejísimo y que serían techos, el infinito hacia el norte y hacia el sur, y flotando sobre el valle que hace nuestro Bolsón, se entiende el porqué del nomre del pueblo, entre montañas, allá abajo estaba toda la gente, mis hijas, mi marido, todos, y yo, ahí arriba, con las aves. Tras recorrer el inmenso cielo, tras estar frente a frente con el Piltri, con el sol, con el paisaje, más de media hora en el aire, comenzamos a descender…..y ahí escuchaba los perros, veía algo más cerca los verdes, y bajamos suavemente en una pradera en la ladera del Piltri…. Estómago revuelto por el descenso y todo, abracé a Silvio y hubiese querido expresarle mejor lo que sentía pero no tenía palabras…. Vino su familia y me los presentó. Todos un amor, su esposa, sus hijos y la pequeña de la familia, tanto que a los pocos días,, fuimos a buscar el videíto a la cabaña donde están parando, cerca de donde aterrizamos, y nos invitaron a comer, y fuimos otro día a comer pizzas y así la pasamos hermoso con gente genial. Qué más se puede pedir?.... Por supuesto el enorme agradecimiento a todos quienes lo hicieron posible. Todas las canciones que hablan de volar, todos los sueños donde uno flota, todo lo que uno observa desde su lugar de hormiguita pegado al piso desde la tierra, nada es como estar allí, casi junto a Dios, en medio de un paisaje que a pesar de la baja visión es absoluto. Cierro los ojos y lo recuerdo, miro hacia el cielo y lo recuerdo…..volare, oh oh…. Cantare, oh ohoh oh…..
VOLVER Tras una gran ausencia voy a publicar las narraciones que en todo éste largo tiempo fuí escribiendo pero no publiqué. Un gran amigo me lo pidió, porque sostiene que pueden ayudar a otros, entonces, cronológicamente voy a ir compartiendo éstas narraciones de distintas experiencias vividas que sólo aparecieron en mi muro de facebook. Muchos saludos para todos y feliz 2018!