sábado, 6 de enero de 2018

VOLARE

Volare…. Alguna vez expresé que hay momentos de la vida que uno se guarda adentro para recurrir cuando el alma está débil, esos momentos que especialmente nos dan paz, y en mi caso, coincide que esos momentos son en azul…. Momentos de contemplar el mar y ver saltar una ballena frente a mi…. O estando en un kayak en Brasil, en ese mar calmo rodeado de verde y quedarme quieta sólo contemplando, o momentos en algún lago con mi familia, o cuando pude bucear en Madryn…. Y ahora se sumó otro que ni pensaba que sucedería, un vuelo en parapente. Tuve un instructor soñado, Silvio, de Ushuaia, que me describió cada detalle, cada tono de verde, los de cultivos, los de árboles, etc.,que me hacía notar la diferencia del aire más frío al subir o más cálido al bajar, que me indicaba dónde estaba el lago, el pueblo, donde estaba el ´límite entre la zona boscosa y la zona de piedras en la montaña, absolutamente todo. Hizo que yo “vea” cada detalle. Por la invitación de la escuela de parapente para que personas con discapacidad accedan a volar, tuve ésta gran chance y cuando Sol me dijo: Mamá, no podésperderte ésta oportunidad… , listo, fui. No me lo podía perder, jamás me achiqué ante los desafíos…. Ja. Preparativos, acondicionamiento del equipo, instrucciones, elementos necesarios, filmadora, instructor y parapente…..y un día increíble, de cielo azul….. sólo un paso hacia adelante, un envión y a volar! No tuve que correr, sólo salimos volando…..quedé haciendo pasitos en el aire…. El que no corre vuela…. Como dijo mi amigo Martin Kremenchuzky…. y giramos y de repente tenía el Piltrikitrón en su esplendor del atardecer frente a mi cara…..y subíamos, de espaldas al sol, y no podía creer estar a la altura de la cima de esa montaña tan magnífica que vemos cada día desde acá abajo, desde el pueblo, el viejo y querido Piltri, cara a cara, face to face, el Piltri y yo, como presentándonos por fin….. y así seguimos, desplazándonos despacito por el aire. Es difícil de explicar, trataba de no entrar en el asombro que no deja asimilar lo que se vive, y allí estaba, sentada en el aire, respirando, sintiendo, agarrada de las cuerdas como si de eso dependiera el vuelo…. Jajaja. Hasta que Silvio me dijo que le pase la cámara que yo llevaba y el muy loco me dio los comandos…..era toda una pilota!!!!!! Jajajaja. Con muchísimo cuidado, haciendo absoluto caso de lo que me decía él, bajaba el derecho para girar a un lado o bajaba el izquierdo para girar al otro lado…. Y así hacíamos círculos abarcando los 360 grados, frente al Piltri, al este, hacia el sur lago Puelo, al norte las chacras y las montañas camino a Bariloche, al oeste la cordillera de Los Andes y un tremendo sol poniéndose en ellas…..hacia un lado y hacia el otro, muy despacio, contemplando en el máximo posible cada instante de esplendor….el aire fresco en la cara, los pájaros de vecinos, sumergidos en el azul más puro de todos los azules, el del cielo. Por Dios! Qué belleza!.... y pensé, qué lástima que no puedo ver todo, pero qué suerte la mía que puedo ver algo, y que Silvio me hacía ver lo que no…. La sensación?.... como soñando, como flotando en la inmensidad, que así era… Debería volver a hacerlo para estar más fría en la emoción…. Pero es de esos momentos que son irrepetibles, con el contexto perfecto, con el día perfecto, con la perfecta compañía y aunque uno de los sentidos,, seguramente el principal, es deficiente, lo pude disfrutar plenamente y lo guardo en mi alma. Cuando girábamos, y quedábamos de pleno frente al sol que brillaba enorme y redondo justo sobre las cumbres de la cordillera, ya listo para despedirse,un instante antes de esconderse atrás de las montañas, pensé en algo gracioso pero no quise hacerle un mal chiste a Silvio, pensé en Ícaro…. Aquel que quería volar y se hizo unas alas de cera que el sol derritió…. Pero no dije nada, no quería hacer chistes tontos justo allí…. Y luego, en una cena que compartimos su familia y la mia, , Silvio me lo dijo y nosreimos porque yo pensé lo mismo justo volando con ese sol….. Pude distinguir las enormes rocas salientes que hacían sombras en la parte superior del Piltri, los brillos que estaban lejísimo y que serían techos, el infinito hacia el norte y hacia el sur, y flotando sobre el valle que hace nuestro Bolsón, se entiende el porqué del nomre del pueblo, entre montañas, allá abajo estaba toda la gente, mis hijas, mi marido, todos, y yo, ahí arriba, con las aves. Tras recorrer el inmenso cielo, tras estar frente a frente con el Piltri, con el sol, con el paisaje, más de media hora en el aire, comenzamos a descender…..y ahí escuchaba los perros, veía algo más cerca los verdes, y bajamos suavemente en una pradera en la ladera del Piltri…. Estómago revuelto por el descenso y todo, abracé a Silvio y hubiese querido expresarle mejor lo que sentía pero no tenía palabras…. Vino su familia y me los presentó. Todos un amor, su esposa, sus hijos y la pequeña de la familia, tanto que a los pocos días,, fuimos a buscar el videíto a la cabaña donde están parando, cerca de donde aterrizamos, y nos invitaron a comer, y fuimos otro día a comer pizzas y así la pasamos hermoso con gente genial. Qué más se puede pedir?.... Por supuesto el enorme agradecimiento a todos quienes lo hicieron posible. Todas las canciones que hablan de volar, todos los sueños donde uno flota, todo lo que uno observa desde su lugar de hormiguita pegado al piso desde la tierra, nada es como estar allí, casi junto a Dios, en medio de un paisaje que a pesar de la baja visión es absoluto. Cierro los ojos y lo recuerdo, miro hacia el cielo y lo recuerdo…..volare, oh oh…. Cantare, oh ohoh oh…..

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